domingo, 22 de abril de 2012

Carácter, juego y personalidad para un triunfo clave.

¡El gran ganador de la tarde!



Todos esperábamos algo así. Creo que la frase más dicha, mas expresada entre los hinchas, fue la de: “POR FIN”.

Ese fue el sentimiento. Afrontaba un partido muy complicado. Porque Instituto llegaba como  puntero, avalado por el buen fútbol y por la supuesta jerarquía de algunos de sus jugadores. Central había ganado cerca del mediodía y de ganar el rival, River se alejaba de la punta y salía de la zona de ascenso directo. Todo estaba así. Y además, las dudas que el equipo venía dejando. Almeyda planeaba algunos cambios, que parecían audaces, pero dejaban dudas en algunas posiciones.
Una multitud en el Monumental. Más gente que el último clásico que recuerdo. Más de 60.000 personas.
Todo estaba dado, los riesgos que el técnico había asumido hacían un partido emocionante.

El gran ganador del sábado otoñal en la cancha de River fue el técnico: Matías Almeyda. Pensó y lo plasmó en el equipo y en la cancha jugó un partido perfecto. Paró el equipo, haciendo que los 3 primeros defensores fueran los delanteros. Presionó River como nunca. Los delanteros ahogaban la salida del rival y obligaban a largar la pelota muy rápido. Por eso el mérito de Cavenaghi, fue el primer defensor del equipo. La línea de 3 funcionó muy bien. Gran partido de Funes Mori, que anuló al famoso Dybala y anticipó siempre. Todo River defendió bien. Todos los jugadores tuvieron marca y espíritu de sacrificio.

El medio jugó un buen partido. Ponzio comenzó la tarde con una amarilla merecida a los 3 minutos. Pensamos que lo iba a condicionar. La fuerza la localía y el complemento con Cirigliano marcaron el ritmo del medio-campo. Marca y juego. Sacando siempre adelante el equipo y distribuyendo el balón con criterio.

¡No se sorprenda querido lector, estamos hablando así de nuestro River! 

Otro acierto del gran ganador de la tarde: La entrada de González. El venezolano fue la figura del partido. Mejoró esa zona del partido para River. Pidió siempre la pelota, la distribuyó bien, casi convierte un gol y volvió loco a todo Instituto. Gran decisión de Almeyda confiando en el “Maestrico”. Sopresa  grata y figura de la tarde.
Trezeguet otra vez fue figura. Aclarando siempre la jugada, tocando de primera y generando juego y espacios. Y estaba donde tenía que estar el goleador. Atento y libre para capturar el rebote después de la gran jugada de Cavenaghi. El delantero sigue distribuyendo talento y jerarquía para este River.

El mejor, lo dijimos, el Maestrico Gonzales, para mí después, Cavenaghi y Trezeguet.

El técnico se había quejado con razón para mí, hace un par de partidos, que no se valoraba su trabajo. Apareció este sábado de abril para dejar de lado ese prejuicio. River empezó a ganar este partido tan importante, en la semana, con el trabajo y desvelo de su técnico. Hizo los cambios justos, siempre quiere ganar los partidos y sobre todo, entendió el partido que River se jugaba. Y trasmitió eso a los jugadores. Todos entendieron. Y River tuvo lo que hacía tiempo no podía mostrar: Personalidad, carácter y ser el protagonista. El mejor, según muchos, no pudo hacer nada en el Monumental. Como pasó casi toda la historia. Sensación que extrañábamos.

Pasó un partido clave. Se sacó de encima la carga de no ganarles a los de arriba. No quiero decir que River jugó el mejor partido del torneo, sí digo que River ganó el partido más importante del torneo hasta ahora.

Pero falta. Suma como nada este triunfo, pero hay que seguir. Disfrutar, descansar y gozar. Pero el lunes a pensar en el partido con Aldosivi. Mar del Plata se verá convulsionada por la llegada de River. Ojalá este triunfo lleve a la recta final, para jugar con la misma actitud y jerarquía.

Gracias Matías Almeyda y todo el equipo. Un paso más, dado con la jerarquía y la actitud que la historia de esta camiseta necesita.

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