jueves, 24 de mayo de 2012

111 años de pasión. Feliz Cumpleaños River.


111 años cumple nuestro querido River Plate. Festejo de la pasión de cada uno de nosotros. Festejo del corazón cruzado con una banda roja.

Celebramos un nuevo 25 de mayo, envueltos en profundo dolor, y en profundas dudas. Pero en medio siempre está la certeza. River es para cada uno de nosotros, una verdadera revolución interior. Pero no esa revolución que inventan algunos para hacer lucro desde programas haciéndonos creer que necesitábamos la B para saberlo. Revolución que vivimos siempre en nuestro corazón.

Cumpleaños que nos lleva a sentir cada año, como decimos entre los amigos de la Sivori Baja, que el Monumental es nuestra segunda casa.

Mi viejo (hincha de Independiente) me llevó por primera vez. A los 4 años. Un partido contra Quilmes. Ganó River 1 a 0. Mi viejo de la mano me subió a la popular. Y nunca más me fui de ahí. Futbolero el viejo, los sábados veíamos a Defensores de Belgrano, y sino a Deportivo Italiano que jugaba de local en Platense. Pero siempre al Monumental.

Se fue el viejo cuando yo tenía 14 años. Y cada vez que entro a mi segunda casa, me lleno el corazón de homenaje a su presencia de siempre.

Segunda casa donde viví alegrías. Donde grité campeón miles de veces. Donde nos abrazamos con millones de personas que veo siempre y otras que veo solo un segundo. Monumental que me llenó de amigos. Monumental donde lloré sentado en mi lugar de siempre, la tristeza más grande de nuestra historia. Y hace muchos años ese lugar, el lugar de los amigos, el que nadie ni nada nos podrá sacar. El asado antes del partido y amistad compartida. El rincón nuestro, donde algunos se sientan y otros caminamos y caminamos. No recuerdo haber visto jamás un partido de River sentado. El lugar del querido Pablo, de Pupo, de los bigotes, de Pochi, el lugar de Berge, del Lobo, de Alejo, de los diegos, el lugar de Aldo, y el pasillo de Nico y de Marian. El querido Mono! Nuestro puteador de atrás, nuestras banderas, el viejo Luis y tantos otros. ¡El limón! Maxi, el negro, el pollo y miles de caras que son parte de cada uno de nosotros. Amistades que ya no son de “cancha”, son de la vida.

Mi sobrino se llama Enzo! En la despedida de Enzo tuve ídolo. River me llevó por rincones de todo el país, y de otros países. Me siento parte de este mundo River. Peleo por el club, busco que sea mejor.

Hoy celebramos el cumpleaños 111 del club. Está devastado. Se robaron todo. Lo llevaron al peor de los abismos. Un grupo de dirigentes y jugadores que no estuvieron a la altura de nada y hasta algunos los vemos caminar por nuestra segunda casa. Pero lo celebramos. Porque cada vez que uno de nosotros se pone el manto sagrado, se activan los recuerdos. Nos sentimos envidiados por todos. Por que a cada estadio que llegamos, se asombran de nosotros y de nuestra pasión. No sé cómo terminará esto. Sí sé que los protagonistas de estos 111 años, somos los hinchas. Los fanáticos y enfermos como nosotros. Los que nos precedieron en la tribuna y los que estamos hoy. Los queridos vitalicios y viejos, y nosotros.
Que cuando vemos llegar gente que viene solo por partidos importantes, nos reímos y los miramos con risa, y nos decimos, estos vienen hoy nada más.

River, por mí, por mis amigos, por las tribunas, por los campeonatos ganados, por ser el más grande, por mi viejo. Por el Enzo, por el Beto, por el pato, por Ramón, por Ariel, por Matías y por otros, feliz cumpleaños querido River.

En donde estés, la pasión no se acaba nunca, y como dice el gran Alemán. Antes de haber nacido, ya te estaba amando.
Gracias River, feliz cumpleaños. ¡Uno que lo puede gritar con el alma estés donde estés!

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