martes, 1 de abril de 2014

Salto a la felicidad

Ellos 1 - River 2

El equipo de la gran victoria. 

El salto enorme hacia la felicidad





¡Festeje amigo hincha!. Cada uno grite como quiera y pueda. Son 10 años de guardar esa alegría de ganar en esa impresentable cancha.

Ganó River, y podemos usar una frase que tantas veces tuvimos que usar para los demás.  ¡Así se juegan los clásicos! Tantas veces ellos jugaron peor, tantas veces fallos arbitrales que nos perjudicaron, tantas veces que alguno utilizaba la palabra merecimiento. Esta vez nos tocó a nosotros y que no pare el festejo. Pasan las horas y la euforia continúa. Sobre el final les ganamos, en la cancha sin hinchas de verdad, y con un gol de quizá, el peor jugador del equipo.

Hoy no le prometo analizar mucho el juego, algo vamos a poder hacer. Lo que un siente es que está escribiendo lo que hace tiempo quería escribir: River ganó en la Boca, y todo está en su lugar.

River jugó el clásico siempre para ganarlo. Tuvo actitud ganadora en los 95 minutos de juego. Boca jugó mejor, tuvo más situaciones. Pero River ganó por que los clásicos se juegan así. Con actitud ganadora, jugadores en alto nivel, y sobre todo siendo efectivos en el arco rival.

La mayor virtud del equipo fue sin duda la inteligencia para plantear el partido. En el primer tiempo el equipo fue superado por los costados y el medio. Pero en el segundo supo ponerse más combativo y aprovechó mucho más la velocidad de Lanzini. Rojas estuvo más prolijo y sobre todo creció la figura de Ledesma. Lanzini jugó como muchos le reclamamos hace tiempo. Rápido, y sobre todo, concentrado todo el partido. Ese Lanzini que fue a pelear la pelota al final del partido para lograr el córner inolvidable, es el que queremos ver siempre. Todos sabemos sus condiciones para definir y para ir para adelante. Esta vez tuvo actitud, fue un jugador concentrado los 94 minutos. Ledesma fue clave en el segundo tiempo. Lo mejor del “Lobo” fue su precisión y claridad para manejar el balón y no dejar que Boca la consiga.

Todos vamos a quedarnos con la actuación de Lanzini y de Ledesma. Yo no quiero olvidarme de Barovero. El arquero de River estuvo muy seguro. Dos atajadas claves y la serenidad para jugar esta clase de partidos. Un césped que no ayudaba, pero el arquero de River mostró frialdad y seguridad para un partido así. Gran partido del mejor arquero del fútbol argentino.

Después todos acompañaron con actitud y entrega. No fue un buen partido de los laterales. Pero quien se podrá olvidar del gol que hizo Ramiro Funes Mori. Jugó por la extraña suspensión a Vangioni. Venía mostrando de lateral un nivel muy bajo, y en el mismo partido su nivel fue muy bajo. Pero se convirtió en el héroe de la noche. Gran salto para aprovechar el regalo de Orión y darle a toda la gente de River una felicidad eterna.

Ramón Díaz se dio el gusto de ganar el partido que debía ganar para asegurarse la tranquilidad hasta mitad de año. River tiene que seguir en la senda del triunfo. Porque debe salir campeón. Disfrutemos esta alegría, pero el gran objetivo tiene que ser ganar lo que falta y ser campeón, lo que manda la historia del más grande.

Ellos, pobrecitos. Se quedan protestando un córner como si fuera un penal. Años de vivir de los errores de los árbitros y de ganar jugando peor que el rival. Hoy nos tocó a nosotros. Y nadie nos quita la alegría de este triunfo inolvidable. Esta vez los jugadores jugaron un “clásico”. Como manda la historia y pedía la gente. Con goles de los pibes del club y cada uno dejando todo en la cancha. Aprovechando las oportunidades y silenciando ese intento de cancha como nunca. Hasta el golazo de Riquelme quedó en la historia. Semejante gol no logró un triunfo. Del otro lado había 11 jugadores que entendieron 94 minutos lo que es River. Gracias por ganarle a Boca y en su cancha. No paremos de festejar.
Ahora, ganarle a Newels y salir campeón.

Me olvidaba, nunca se festeja antes. El apellido Funes Mori alguna vez iba a ser importante en la vida de River.





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