Empujando hacia la gloria

Argentinos 0 - River 2

Todos empujamos con Mercado. (gentileza Federico Peretti)

Pasan los días y el hincha de River no deja de ilusionarse. Después de años oscuros la posibilidad del campeonato se acerca. Un escalón más que hasta hace 10 fechas parecía imposible.

Con el triunfo en La Paternal el equipo de Ramón Díaz quedo a un paso de ser campeón y sobre todo depende de sí mismo. Hay que ganar, algo que en el Monumental últimamente es algo lógico.

Este equipo hoy no tiene grandes figuras, si es campeón su figura será el mismo equipo. Equipo compacto, sólido en lo defensivo y siempre con un nivel actitudinal alto. Hay que agregar que después del inolvidable clásico ganado en la Boca, el equipo tuvo el envión que necesitaba para pelear hasta el final. Sumado a eso, en las últimas fechas el plantel tuvo rendimientos altos. Lo veníamos pidiendo en este blog, para ser campeón algunos jugadores tenían que rendir en 8 puntos o más. Y eso tuvo River en estos partidos: Carbonero, Maidana, Villalba, Kranevitter, y sobre todos los arqueros, tuvieron partidos de 8 puntos.

El técnico que fue muy cuestionado, tuvo en momentos claves del torneo decisiones y situaciones favorables al equipo. Le rindió el banco de suplentes con Funes Mori, Chichizola, Kranevitter y Villaba. Logró hacer crecer a Carbonero y Maidana. Y si bien el equipo tiene poco gol, siempre le alcanzó para ganar.

El partido frente a Argentinos  tuvo un mediocre primer tiempo. Cuando River logró abrir el arco se terminó el partido. Otra vez los goles importantes vinieron de la defensa, en este caso Mercado. Y Vangioni jugó un gran partido. Cavenaghi que hoy juega sólo por el nombre, logró presionar y forzar el error del rival, para que Teo selle la victoria de visitante que tanto se esperaba.

Kranevitter jugó un segundo tiempo donde mostró que es la gran promesa del equipo. Ramón ha podido mantener un grupo unido, incluso con jugadores suplentes que lo aceptaron y cuando entraron jugaron con muy buen nivel.

Queda un partido, 90 minutos. Todos esperamos que sea realidad el nuevo grito. Mi análisis es frío, sereno. Hay que ser cauto. Las emociones se soltarán ojalá el próximo domingo, ahí les prometo que acá se escribirá como nunca lo hice.

Un pasito más, para que la historia se ponga en su lugar.