Hay momento épicos en
la vida de los equipos de fútbol. Son partidos, situaciones, momentos y
circunstancias. Momentos en los cuáles uno siente que toda la energía positiva
está de tu lado. River no mereció terminar sufriendo el partido frente a
Racing. Pero algunos errores hicieron que apareciera el tono épico para darle
lugar a la ilusión total. Como aquella vez ante Racing lo hizo el querido
Pipino Cuevas, ahora Chichizola logró con un penal atajado desatar la locura
final.
Todos pensamos cuándo
el penal fue malogrado que este equipo sale campeón. Lo épico te hace festejar
y además te da confianza. Monumental lleno, la gente cantando canciones
calladas hace muchos años y un final para llenarse de ilusión por el campeonato
número 35.
El Monumental se convirtió
en este torneo en una muralla que no se puede pasar. River como local se
convirtió en el mayor aspirante al título.
Este equipo tuvo de
todo durante el torneo. Momento malos, confusos, pero tuvo una fortaleza de local que lo hace imbatible. Ramón Díaz
en medio de muchas dudas, ha logrado darle identidad a este equipo. Y en las
últimas fechas hay rendimientos individuales de 8 puntos. Algo que veníamos
reclamando y es clave para ser campeón. Y desde el banco de suplentes llegaron
presencias que fueron mejorando la versión del equipo. Maidana, Carbonero,
Villalba, Chichizola, han tenido en los últimos partidos niveles muy altos de
juego.
Es injusto decir que
Chichizola salvó a River. Es verdad que fue determinante el penal atajado. Pero River jugó bien contra
Racing. Tuvo situaciones, rendimientos altos, capacidad goleadora. La merma
física del equipo y el insólito error de Rojas pusieron en peligro el triunfo.
Pero River hizo todo para ganar el partido cómodo. Y si la pelota que Lanzini
estrella en al palo al minuto 40, entra, nadie hablaba del sufrimiento. Pero
volvemos a lo del principio, a veces los equipos campeones necesitan los
momentos épicos. Esta vez de la mano del sorprendente Chichizola.
Gran partido del Keko
Villalba. Punzante, movedizo, generoso con el equipo. Se dio cuenta que la
defensa de Racing era muy débil por su sector e hizo estragos. Clave en las dos
jugadas previas a los goles de River. Carbonero, si bien jugó más tirado al medio,
fuera de su posición habitual, fue desequilibrante y además definió perfecto en
el segundo gol. Es una muy buena noticia frente a lo que falta el regreso de
Cavenaghi al gol. Dos goles, igual el nivel sigue bajo y sobre todo se lo nota
lento. Pero el goleador es así y de cara a estos partidos definitivos es una
buena señal. Otro buen partido de Maidana. Lástima que ese desconcierto del
final lo obligó a cortar con infracción e irse expulsado.
La salida de Ledesma y
Cavenaghi tuvieron su impacto en el equipo. Pero físicamente los dos están
imposibilitados de jugar 90 minutos. Rojas tuvo un partido para el olvido y
Lanzini no tomó en ese momento la manija del equipo. Se retrasó, Racing lo
superó en lo físico y terminó sufriendo. Insisto, algo que no merecía. Frente a
lo que queda habrá que ajustar la marca en la pelota parada y lograr evitar
infracciones cerca del aérea.
River le ganó a los dos
grandes y a Boca. Está firme en la actitud y la gente se ilusiona. Quedan 6
puntos. Depende de sí mismo. Quedan partidos complejos. Hay expulsados,
suspensiones y lesiones. Ojalá que el envión siga y en dos semanas estemos
gritando el sentir único de la identidad riverplatense.
Yo quiero ser campeón
siempre. Técnico, jugadores, dirigentes y todo el pueblo riverplatense tuvo
contra Racing el momento épico que todo campeón necesita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario