No fue un partido de
fútbol. Lo único que tuvo de normal esta tarde de súper clásico, fue la
multitud debajo de la lluvia por más de 3 horas. Jamás fue un partido lógico ni
normal. Campo de juego no apto para practicar este deporte tan lindo llamado
fútbol. El único sistema de juego era tirar pelotazos largos para buscar
empujar la pelota que no podía ir por el piso, y mucho menos pasarla a un
compañero. Además del peligro de lesionar a un rival, ya que ningún jugador
podía hacer pie.
Todos en cada minuto
que pasaba pedíamos suspender el partido. No se merece el partido más
importante del planeta jugarlo de esta manera. Entiendo que el show debe
seguir, pero es claro que el estado del clima y del campo favoreció el partido
que quería plantear Boca y perjudicó notablemente el juego de River. Igual creo
que falló River al no poder entender el partido en algunos momentos y no tener
durante el primer tiempo otra opción de juego.
En uno de las tantas
infracciones que se cometieron Boca se puso en ventaja. Floja respuesta de la
defensa de River. A partir de ahí, cada saque de arco de Boca duraba una
eternidad, la pelota seguía por el aire y seguía sin ser posible desarrollar un
juego normal. Concierto de errores, patadas y agua que salía para todos lados.
No era un partido de fútbol. Lo pudo empatar River y en medio de este
desaguisado mereció hacerlo. Primero un cabezazo de Mercado que dio en el palo
y en segundo lugar el penal que desvió Mora después de un invento que favoreció
a River del árbitro Vigliano. Queda la duda si Mora es el mejor pateador del
plantel. Se sintió con confianza y le pegó horrible. ¿Pisculichi no era el
indicado?
Es verdad que el error
del árbitro termina con la expulsión de Gago. También es verdad que le anulan a
Teo un gol legítimo y el arbitraje de Vigliano fue horrible como el clima del
domingo. El gran error que condicionó a Vigliano fue jugar el partido y desde
ahí, en un campo no apto cometió errores toda la tarde.
River no se sintió
cómodo en todo el partido. Muchos de sus jugadores no parecían entender el modo
de juego. Querían salir jugando, triangular o buscar el jugador mejor parado.
Todas buenas ideas que no podían llevar a cabo en este intento de partido de
fútbol. Barovero, Maidana, Mora, Teo, Vangioni en el primer tiempo, estuvieron
muy flojos en la interpretación de cómo jugar el balón en un partido así.
Barovero estuvo a punto de entregar el clásico por intentar salir jugando.
Algunos jugadores querían gambetear en una pileta similar a un pantano que era
la cancha de River.
Desde el banco de River
y de la mano de su técnico llegó el empate. Gallardo ante la sorpresa de todos
manda a Pezzella a la cancha. Y enseguida nos damos cuenta que es para jugar de
delantero. Gallardo vio desde el banco aquello que los jugadores no podían ver.
El único modo de hacer un gol era poner la pelota y que alguien cabecee. Genial
estrategia del Muñeco que quedó plasmada en ese terrible cabezazo en posición
de 9 que tapó Orión y que en el rebote el mismo Pezzella empujó al arco.
Pezzella el de los goles importantes, el defensor surgido de las inferiores,
empata un partido desnaturalizado desde el principio. Parecía que River podía
ganarlo pero la expulsión de Funes Mori frenó ese empuje. Casi lo gana Boca si
no fuera porque el agua frenó la pelota y en la última casi Boyé logra la
hazaña.
Repetimos, partido que
no se debía haber jugado. Totalmente fuera de lo común. El empate está bien, ya
que no se merecía ganar un partido así, más allá de las situaciones de gol que
quizá River tuvo más. River no se sintió cómodo nunca y la inteligencia de su
técnico hizo que pudiera empatar.
Mercado me pareció lo
más firme, algo de Ponzio en el segundo tiempo y la entrega de Rojas. Después
todo al tono de lo que fue el partido.
No se jugó un partido
de fútbol, fue otra cosa. River sigue puntero, invicto y de 5 partidos con Boca
este año no perdió ninguno.
Boca, lo de siempre,
hacer tiempo y más tiempo. Ojalá que cuando esté terminando este blog, Orión ya
se haya levantado del piso.
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